martes, 31 de enero de 2012

Domingo de nostalgia. Ya me tocaba. Junto con el gran dolor de mi cabeza, provocado por la noche de ayer, también tengo que añadir, un nudo en la garganta. Algún día regresarías para que te echase de menos, un rato, solo un rato, por favor. Y eso que de un modo u otro, te tengo diariamente en mi vida, pero, no sé, no es lo mismo. Tu boca ya no es de mi propiedad, ni tus manos, ni tus caricias, ni tus abrazos. Tú entero ya no eres mío. Aunque sé que lo volverás a ser. Tú eres la piedra con la que tropecé, tropiezo y tropezaré tantas y tantas veces. Seamos realistas, el problema no es que tropiece con la piedra, el problema es que la piedra me encanta.

viernes, 20 de enero de 2012

Otro día que empieza y la misma rutina de siempre desde que te fuiste. Salir de casa, sonreír, no llorar, temblar por dentro, echarte de menos en silencio y recordarte por cualquier tontería en mi mente. Es más duro de lo que suponía pero aun así es lo mejor para los dos, bueno es lo mejor para mí. 
Aunque sería todo más fácil si desaparecieses de mi vida, sino te tuviera que escuchar la voz, ni hablar contigo, ni sonreírte, ni sentir tus manos por mis piernas…Pero esto es así, es una prueba que me pone el destino. Te pone delante de mis narices y soy yo la que tengo que decir: `` ¡NO! Me merezco otra cosa mejor´´ . Lo que pasa  es que ahora, mientras me autoconvenzo de lo que tengo que  hacer, podríamos jugar otro poquito tu y yo a hacer como si nada hubiera pasado.
En las cosas del corazón, no siempre funciona la razón.

jueves, 12 de enero de 2012

Tenía miedo del futuro, siempre lo tuve, pero esta vez con razón. Te fuiste o quizás te empuje yo a hacerlo, no lo sé.  Y ahora mis ojos están anegados de lágrimas como hace un año, con una diferencia: antes me arrepentía por no haber luchado por algo que quería pero nunca tuve, ahora echo de menos algo que tuve y ya no tengo.  ¿Qué es lo próximo que nos espera? Sé que solo depende de mí, de lo que yo haga o te deje hacer pero es que no sé lo que quiero. Últimamente cuando estaba contigo no era feliz y ahora que ya no estás, lo soy menos. No sé cuál es la solución para nosotros,  no lo sé. Así que esta vez dejaré que el tiempo y el destino jueguen mis cartas por mí. No tengo ni idea cual es la jugada que me conviene para empatar en este juego que empezamos, no sé muy bien cuando ni como, porque está claro que de momento voy perdiendo.

Ah, una última cosa: te echo de menos, más de lo que te puedes llegar a imaginar.