jueves, 30 de junio de 2011

Pienso, reflexiono, vuelve a pensar y a reflexionar… ¿Y? Nada. No me viene nada a la cabeza, estoy hecha un lío. Lo único que tengo claro es que quiero probar, disfrutar del momento. Y por una vez en mi vida, no pensaré en el futuro. Total ¿Para qué? Para darme cuenta que todo es más difícil de lo que parece, que debo de tener más cuidado, que puede llegar más lejos de lo que pretendo. Que lo más normal es que me tropieza con la piedra más grande de mi camino. ¿Y? No pasa nada, sé que podré sobrevivir. Ya no tengo tanto miedo como tenía, ahora ya no.

domingo, 26 de junio de 2011

No sé si me gustas, no sé si te gusto. No sé quién eres y creo que tampoco tengo muy claro quién soy yo. No sé lo que quiero y sin embargo, sé lo que quieres tú. Y no sé si será lo mismo que lo que podría querer yo. Tengo el corazón al rojo vivo, pero está muy bien protegido por una pequeña cajita que me protege de los golpes más duros. Solo te daré una pista: Si te esfuerzas, te daré la llave.

lunes, 20 de junio de 2011

Adiós venda. Bienvenida realidad. Por fin, la venda y tú os fuisteis juntos. Ya no soy ni ciega ni sorda y mucho menos muda. Tú tomaste tu propia decisión y yo como una imbécil no supe pillar la indirecta. Se acabó la inocencia y los rompederos de cabeza, siempre acompañados de remordimientos de conciencia, como no. No sé como pude ser tan ingenua. Bueno ingenua es demasiado sutil, me acerco más a rematadamente imbécil. 
Hasta ahora, te dije: adiós, hasta pronto, hasta luego. Ahora te digo:
Que te den.

viernes, 17 de junio de 2011

Hace tiempo que decidí que desaparecieses. Intento no notar tu mirada clavada en mis ojos e ir con la sonrisa dibujada en mi cara aunque se emborrone cuando te tengo frente a mí. También decidí, hace tiempo, que tú no fueras más mi inspiración, pero nadie  me inspira como tú lo haces estando a miles de metros de mí. También prometí que no te volvería a escribir al no ser que me estuviera ahogando en mis propias lágrimas. Y sé, que hoy no es ese día. Pero sabes, de momento eres tú mi mejor e única inspiración así que me voy a aprovechar. Aviso, quizás dentro de mucho tiempo o no, lo será otro. Así que aprovéchate tú también.

miércoles, 15 de junio de 2011

Las palabras son esas unidades que nos permiten comunicarnos y expresarnos con la gente. Pero curiosamente, algunas veces lo único que hacen es complicar las cosas. Hay veces que para describir sentimientos, emociones, las palabras no nos ayudan, es más probablemente nos confunden y nos hacen crear malentendidos. Normalmente pasa con las relaciones, siempre nos empeñamos en llamar algo a la otra persona. ¿Por qué? No lo sé. Qué más da lo que sea para mí o lo que yo sea para él. Lo importante es que somos algo el uno para el otro y que hay algo que nos une. Qué más da si es amor, o quizás simplemente atracción o a lo mejor no es nada de estas dos palabras porque aún no hemos compartido demasiado tiempo y no  sabemos lo que es. No hay un nombre que lo define, pero lo importante es que es ALGO. Le podríamos llamar X, Y o Z. 
Pero si en vez de perder el tiempo buscándole un nombre, una palabra perfecta que lo describa al dedillo, sin crearnos confusiones. Disfrutásemos y nos quisiéramos como nos lo pide el corazón, todo sería mucho mejor y bastante más fácil. Pero claro esa incógnita de no saber lo que somos para el otro, nos destroza poquito a poco y nos provoca que comiencen las dudas y las preguntas a asomarnos por nuestro torpe cerebro. ¿Seré algo más que un simple lío? ¿Me estaré ilusionando con él? ¿Me querrá tanto como yo a él? ¿Se habrá enamorado de mí? Y cada una de estas preguntas nos impide, definitivamente arriesgarnos y disfrutar de lo que ha nacido entre dos personas. Llamémoslo X, Y o Z, pero lo importante es que hay algo y no siempre sucede.

domingo, 12 de junio de 2011

La vida es ese camino que recorres desde que naces hasta que mueres. Y por desgracia este camino, no podrás disfrutarlo sino arriesgas. Pero arriesgar tiene sus pros y sus contras, y cada una de tus decisiones te irán desviando a un lado o a otro hasta llegar a su fin. Supongo que algo parecido, por no decir igual sucede en las relaciones. Se empieza por una sonrisa, un abrazo, un beso tonto, un mensaje, una llamada, una pequeña discusión. Y aquí es donde empieza nuestra primera complicación o poner esta discusión como una buena disculpa y dejar que lo que estaba empezando se termine o bien arriesgarse y decidir que lo que sientes por dentro pesa más que unas palabras en un tono un poco más alto de lo normal. Pero claro,  dar ese paso es demasiado arriesgado, y muy pocos valientes se atreven a cruzar esta pequeña línea que separa  un simple lío de un amor  que a la larga te dejará una pequeña huella en el corazón. 
¿La razón de que la mayoría de ``parejas´´ no lleguen al final? Fácil, simplemente se limita al miedo, miedo a sufrir y a que el otro les destroce el corazón.  Muy pocas veces se limita a que el chico no tiene lo que buscas o a que  no sientes lo suficiente. Pero por desgracia, aún hay muchas personas en la vida que les queda por descubrir que arriesgando es la única manera de vivir la vida al máximo, tal y como se debe hacer.

viernes, 10 de junio de 2011

No pretendo nada. Hace mucho tiempo que deje de hacerlo. No quiero nada de ti, ya me acostumbre a no darte importancia, a que seas un cero a la izquierda en mi  número particular, a que seas lo más nada que puedas de mi todo. Y sobre todo a no echarte de menos, eso intento ahora. Cada día me levanto pensando que quizás ese será el día, el día en el que cuando escucho tu nombre el corazón no me dé un vuelco, cuando te veo no quiera saltar a tus brazos, cuando te saludo con dos besos de cortesía, darte un tercero pero porque quiero no por cortesía y que cuando te miro a los ojos no puedas ver lo que realmente siento. Pero supongo que estamos hablando de algo extraordinario en mi vida últimamente,  ya no se vivir sin echarte un poquito de menos  y  no entiendo el porqué. Porque yo  no diría que te quiero, ya no, creo, pero digamos que eres necesario en mi vida, me llega con solamente mirarte,  que me dediques una sonrisa y que yo sea la razón de ella  y un pequeño abrazo dado con todas tus fuerzas. Con eso ya sería feliz y por suerte ya no te echaría de menos (tanto).  Digamos que he llegado a un extremo en el que suena un poco patético , pero ya me llega con lo mínimo. Mejor, porque mi adicción por ti, tiene que ir disminuyendo poquito a poco y este es el primer paso de un largo camino.

sábado, 4 de junio de 2011

Ahora sí que te puedo decir que estoy perdida, que casi no sé donde tengo la cabeza y muchos menos el corazón. Estoy en estado de trance, pasando de tu desamor a mi recuperación. Es un período muy largo, de hecho nunca creí que fuera tanto. Pero esta herida por suerte ya está empezando a cerrarse, ya no duele solo escuece y muy poquito (menos mal, ya iba siendo hora). No tengo ganas de meterme en otro berenjenal que muchos denominan relación, yo aún no estoy preparada. Solamente quiero pasármelo bien sin ningún compromiso, sin preocuparme por lo que sentirá él o donde y con quién estará. Quiero estar sin ningún chico en mi corazón, sin nadie por quién llorar aunque eso conlleve que no tenga  a nadie que sea mi todo, me da igual. Lo tengo claro, hoy esto es lo que quiero , pero mañana, mañana, ya no sé. 

viernes, 3 de junio de 2011

Se acerca el verano. Sale el sol. Vuelve el olor a melancolía y el sabor a besos  salados. Vuelven las ganas de perderse en la playa, de pensar. De recargar las pilas, de relajarse y de disfrutar y de prepararse para TODO lo que nos queda. Ganas de cometer mil locuras. Comienza una nueva estación y estoy segura que será perfecta.