domingo, 12 de junio de 2011

La vida es ese camino que recorres desde que naces hasta que mueres. Y por desgracia este camino, no podrás disfrutarlo sino arriesgas. Pero arriesgar tiene sus pros y sus contras, y cada una de tus decisiones te irán desviando a un lado o a otro hasta llegar a su fin. Supongo que algo parecido, por no decir igual sucede en las relaciones. Se empieza por una sonrisa, un abrazo, un beso tonto, un mensaje, una llamada, una pequeña discusión. Y aquí es donde empieza nuestra primera complicación o poner esta discusión como una buena disculpa y dejar que lo que estaba empezando se termine o bien arriesgarse y decidir que lo que sientes por dentro pesa más que unas palabras en un tono un poco más alto de lo normal. Pero claro,  dar ese paso es demasiado arriesgado, y muy pocos valientes se atreven a cruzar esta pequeña línea que separa  un simple lío de un amor  que a la larga te dejará una pequeña huella en el corazón. 
¿La razón de que la mayoría de ``parejas´´ no lleguen al final? Fácil, simplemente se limita al miedo, miedo a sufrir y a que el otro les destroce el corazón.  Muy pocas veces se limita a que el chico no tiene lo que buscas o a que  no sientes lo suficiente. Pero por desgracia, aún hay muchas personas en la vida que les queda por descubrir que arriesgando es la única manera de vivir la vida al máximo, tal y como se debe hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario