miércoles, 29 de febrero de 2012



Hoy es veintinueve, veintinueve de febrero, día que solo existe cada cuatro años. Que rarezas tiene la vida. Por eso, por si acaso, tú y yo deberíamos de poner el mundo del revés, boca abajo. Lo podemos hacer en ese sitio frente al mar ¿recuerdas?  Meternos en esa habitación que es más nuestra que del resto y debajo de las sábanas querernos hasta volvernos locos. Sí, aún más.  Que todos los poros de nuestra piel suden y suspiren por el otro, que las ventanas se empañen por el calor y el amor que desprenden nuestros cuerpos y nuestras almas. Que nos gritemos en silencio lo mucho que nos queremos y lo mucho que nos necesitamos. Querernos hasta hartarnos de tanto tocarnos y besarnos, solo para prevenir y asegurar, que el destino el próximo veintinueve de febrero, justamente dentro de otros cuatro años, nos obsequié con otro momento así, tan nuestro.


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