jueves, 22 de septiembre de 2011

Me acabo de dar cuenta  ahora mismo. Sentada, viendo la televisión como si nada ocurriera. Y estoy metida en un gran huracán. Es como si estuviera metida en un avión y durante todo el camino solo hubiera grandes turbulencias que me revuelven la cabeza. Dios, mi vida paso de la tranquilidad absoluta a la viveza parcial. Últimamente dudo de hasta mi nombre y ya no hablemos de sentimientos…porque en eso estoy más pérdida que un naufrago en el mar. Me pierdo por culpa de sus besos, de sus caricias, de sus idas y venidas. Roza su mano con mi piel, y se me pone la carne de gallina. Me pierdo por él, pero aún así creo que no lo quiero o quizás…  ¿nunca dejé de hacerlo?

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