domingo, 6 de febrero de 2011

Seis de febrero

Hubo un tiempo en el que pensé que jamás volvería a sonreír. En el que jamás volvería a ser feliz. En el que pensé que mis lágrimas se harían amigas de mis ojos. En el que la esperanza desapareció  para siempre. Incluso llegué a sospechar que jamás podría olvidarlo. En eso no me confundí. Es cierto que no lo olvidaré,  simplemente para tener claro lo que no quiero en mi vida. Pero si, en el resto. Y me di cuenta que me confundí cuando llego él. Él cambió mi presente junto con mi mente. Rellenó ese hueco que, por un momento, creí que me destruiría. Rellenó ese hueco que creí que jamás se cerraría. Me confundí. Me confundí tanto. Me alegra el pensar que ahora me río al pensar en ti y no en él. Me alegra el pensar que me ilusiono contigo y no con él. Me ilusiona el pensar que él es mi pasado y tú mi presente. No sé hasta dónde llegaremos. No sé si realmente eres tú quien me conviene. No sé nada. Pero si sé que me has devuelto las ganas de vivir y mi sonrisa tan añorada. Y por eso te estaré eternamente AGRADECIDA.

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