- Hola. ¿Qué quieres?
- Ven a mi casa.
- ¿Qué dices?
- Ven a mi casa, por favor. Te necesito, lo confieso. Me calle durante este tiempo, por orgullo. Pero me niego a perderte. Te quiero.
- ¿Me estás tomando el pelo, no?
- Ven, por favor y lo entenderás todo.
- En cinco minutos estoy ahí.
- Vale.
Mientras el cogía su coche y llegaba hasta casa de ella. Ella se puso su camisón sexy junto con la lencería nueva. Quería hacerle entender a toda costa que estaba enamorada del y no lo podía dejar escapar.
Sonó el timbre. Corría hacia la puerta pero no le dio ningún tipo de explicación. Lo beso como nunca antes lo había hecho. Él se dejó llevar, porque para que negarlo también estaba loco por ella. Hicieron el amor. Lo hicieron de una manera lenta pero al mismo tiempo alocada, se entregaron el uno al otro como nunca antes lo habían hecho. Se dijeron sin palabras lo mucho que se amaban. Ya entrada la madrugada, hablaron.
- Y ahora ¿qué?
- Ahora, ahora es cuando realmente empieza nuestra historia, este es solo el principio. Te quiero, te quiero tanto
- Y yo amor, y yo.
Y así se quedaron toda la noche abrazados el uno al otro. Al día siguiente volvieron a la realidad. Pero su realidad era distinta a la de ayer. Era una realidad común, estarían juntos, pero esta vez hasta el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario