- ¿Quieres jugar conmigo?
- ¿A, qué?
- Al juego universal. A ese que todo el mundo quiero jugar. Ese que cada persona tiene sus reglas. Aquel que todo el mundo se muere por encontrar una pareja para jugar con él.
- No te sigo...
- Al amor, al mejor juego jamás inventado. Pero en este, en mi amor. Pierde el que quiere menos.
Él aceptó sus normas. Y su partida se alargó más de la cuenta. Hasta que la muerte los separe.
Ella sueña con ese juego todos los días de su vida. Pero aún no ha decidido a su compañero Quizás la decisión más difícil que jamás haya tomado.
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